Este es un lugar como pocos, no solo por el concepto sino por las oportunidades que te brinda para hacer una pausa y reiniciar.
Y es que, seamos sinceros: lo sepamos o no, al viajar buscamos experiencias que nos permitan salirnos del modo supervivencia en que vivimos normalmente.
Entre el tráfico, el estrés y el ruido nos es muy fácil activar el piloto automático y repetir la misma rutina: dormir sin descansar, comer comida aburrida solo porque nos hace bien, las mismas discusiones con la familia, etc. En resumidas cuentas vivimos en una rutina que nos hace sentir como sonámbulos.
Por eso nos sentimos tan bien al viajar y salir de la rutina, porque nos revive el alma! Eso fue lo que me pasó en Hobbitenango, fue un momento de reencontrarme conmigo facilitado por la belleza del lugar.
0 comentarios