Dicen que lo mejor de la vida no se planea y lo que estoy a punto de contarles es prueba de eso.
Empecemos por decir que el objetivo principal de nuestra visita a Cusco era para conocer Machu Pichhu. Les soy muy sincera, no teníamos idea de que la ciudad estaba de fiesta justo el día que regresábamos a Lima.
Lo primero que notamos al llegar al hotel fue un grupo de jóvenes ensayando bailes tradicionales en la pequeña plaza de la iglesia que estaba justo al lado de nuestro hotel. Cuando preguntamos en recepción nos dijeron que era por la entrada de los santos, sin entrar en más detalle. Como muchos, salimos a conocer el centro de Cusco con su Plaza de Armas y sus impresionantes iglesias coloniales.
Luego de eso entramos en ¨modo Machu Pichhu¨ y fue hasta el tren de regreso que la persona que venía a lado de mi cuñado le contó todo sobre la fiesta, y como no podíamos irnos sin verla.
Entrada de los Santos: El miércoles antes de la celebración del Corpus Christi es tradicional en Cusco que las figuras de los santos de cada Parroquia salgan de sus iglesias y lleguen a la catedral de Cusco cargados por los feligreses y acompañados de bandas («q’aperos») y bailes tradicionales
Según nos explicaron los mismos cusqueños, esta tradición empezó cuando los españoles llegaron a la zona, para eliminar ¨pacíficamente¨ la costumbre pagana de sacar en procesión a las momias de los Incas decidieron reemplazarlas por imágenes de vírgenes y santos, se dice que no lo lograron porque las momias desfilaban dentro de las imágenes católicas.
Esta festividad usualmente se celebra junio, la fecha varía cada año, y por milagro a nuestro favor en el 2016 fue a finales de mayo. El único problema es que nuestro vuelo salía a las 11 am, y todos los locales coincidían en que, por estar cerradas muchas calles, el tráfico iba a ser de locos por lo que había que salir temprano al aeropuerto. Llamé a la aerolínea para tratar de cambiar el vuelo, o confirmar la hora de salida, pero nunca contestaron.
Resignados, salimos a tomar el vuelo a la hora que nos recomendaron en el hotel, y al llegar…. Vuelo atrasado 3 horas.
Aquí, mis amigos, empezó lo mejor!
Dejamos el equipaje y salimos en taxi al centro histórico de Cusco donde vimos llegar algunos de los santos, y quedamos impresionados con los bailarines enmascarados y el espíritu de fiesta andina que se sentía en medio de la celebración religiosa.
Luego llegamos a la plaza de la iglesia de San Francisco donde caminamos entre los puestos de comida, que eran unos 80 más o menos, todos vendían lo mismo: Chiri Uchu.
Chiri Uchu: quiere decir ají frio o picante frío. “El chiriuchu es un plato tradicional que fusiona varios productos de la costa, sierra y selva y data de la época de los incas y la colonia, cuando los pobladores procedentes de varias regiones del Tawantinsuyo, llegaban al Cusco, para participar en la procesión de momias, que no eran otros que los antiguos gobernantes incas”.
“Como toda esa gente se reunía en la Ciudad Imperial, traían consigo sus meriendas y compartían entre sí después de la ceremonia ritual, los alimentos. Por eso, hallamos, en la composición del Chiriuchu, las algas marinas y las hueveras procedente de la costa, el cuy, la gallina, la chalona, el tostado de la sierra. También se coloca en este plato morcella, el tullan (tripa del cuy rellena con papas picadas en cuadrito, y vísceras del animal cocido al horno), una torreja hecha con harina de maíz, queso y rocoto”. Fuent
Ustedes que piensan? Un roedor comestible asado al horno, huevos de pescado, algas… pero el mundo es de los valientes así que: quién dijo miedo?
Ya sentados en una mesa, bajo un toldo y detrás de las señoras que vendían, conversamos con la gente del lugar que también estaba disfrutando el plato. Ellos nos explicaron qué era cada cosa y que se suponía que debíamos comer todo en un solo bocado. Igual me fui contra corriente y probé todo por aparte.
El cuy es una delicia! Tenía un relleno con Huacatay, que es una hierba tradicional de Perú, con sabor un poco anisado, entre perejil y hierba buena más una pizca de anís dulzón si me preguntan. La torreja de maíz también deliciosa, lo demás muy sabroso menos las huevas de pescado y las algas (muy saladas).
Ahí sentados vimos pasar dos de los santos, incluyendo una de las vírgenes, cargada por bastantes muchachos jóvenes, nada más vean sus para que se imaginen que tan dura es la tarea.
Incluso casi nos cae una imagen encima mientras comíamos! De verdad que fue una experiencia única, vale la pena planear un viaje para vivirla, de eso no cabe duda.
Y como nota aparte les cuento que cuando regresamos al aeropuerto nos encontramos una coterránea bastante enojada, gritando molesta a los de la aerolínea porque, igual que a nosotros, le habían atrasado el vuelo. Todo está en la actitud! Dejemos de concentrarnos en los problemas y empecemos a ver las oportunidades que se nos abren cuando una puerta se cierra, o un vuelo se atrasa.
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